Nació el 20 de febrero de 1857 en el pueblo de San Antonio de la Gavia perteneciente a San Miguel Totolapan, distrito de mina en el Estado de Guerrero, hijo de José de Jesús del Castillo y Merced Calderón de Del Castillo.
Desde niño, su facilidad en el aprendizaje le llevo a destacar dentro de la escuela, estudiando la educación primaria bajo la dirección del honrado y patriota liberal don Miguel Alva.
La inclinación hacia el ramo mercantil, pretensión de su padre, le llevo a Ajuchitlán, junto a su padrino el comerciante español. Don José Duaréz, donde obtuvo sus primeros conocimientos en contabilidad, destacando de entre los demás dependientes por su habilidad y talento para la negociación.
Debido al atinado desempeño dentro de sus incipientes actividades contables y mercantiles, el señor Duaréz le envía a la capital para su inscripción en la escuela Nacional de Comercio, quedando en México bajo la protección del famoso Ingeniero minero Don Antonio del Castillo, reconocido en Europa y Estados Unidos.
Teneduría de libros y correspondencia mercantil, fueron las primeras materias cursadas por Rafael del Castillo, quien desenvolviéndose con gran acierto y satisfacción, que su tío considero que sus alcances académicos debían ser superiores, inscribiéndolo tiempo después en la Escuela Nacional Preparatoria, con la intención de que estudiara la carrera de ingeniería. Su tesón y capacidad le llevó a distinguirse por su brillante desempeño académico, en el periodo de 1874 a 1878, fue discípulo del sabio positivista D. Gabino Barreda, quien le dispensó su estimación y consideración.
Al finalizar sus estudios preparatorianos, Rafael mostró su inquietud hacia la carrera de leyes, trasladándose a Toluca para cursar la carrera de Derecho en el Instituto Literario del Estado. En 1880, habiendo cursado el primer año de leyes, regresa a Guerrero para continuar sus estudios en el Instituto de Chilpancingo, ocupando una beca cedida por el gobernador: General Don Rafael Cuellar.
En 1882 funge como subprefecto del Instituto de Chilpancingo y en 1883 es nombrado juez menor, propietario en la capital del estado, actividades que desarrollo con acierto mientras continuaba sus estudios. Su inquietud y deseo de obtener su título de licenciado en la capital, lleva a Rafael a trasladarse a México, donde cursa el sexto año de Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, matriculándose en enero de 1884, al presentar su examen profesional el 19 de marzo y recibiéndose de abogado el 24 de septiembre de 1885.
Una vez terminada su carrera regresa a Chilpancingo a verificar su matrimonio con la srita. Beatriz Constanza Rodríguez Leyva, perteneciente a una de las principales familias de esa ciudad. El supremo Tribunal, no desaprovechando los vastos conocimientos, le confiere el juzgado de primera instancia del Distrito de Aldama. Puesto que desempeña desde el 1 de junio de 1885 hasta el mes de enero de 1887, salvo un intervalo de tiempo en que dedicó sus conocimientos en hacerse cargo del juzgado de Letras de la capital.
En febrero de 1887 vuelve a Chilpancingo a formar parte de la H. legislatura del estado, al ser elegido en los comicios, Diputado propietario, por el Distrito de Aldama. Fue candidato a Gobernador en 1900 contra la reelección del impopular Antonio Mercenario, representante de la dictadura porfiriana. Aunque el triunfo de Rafael fue abrumador, no se reconoció como ganador al político totolapense hecho que derivo en un levantamiento armado. Finalmente falleció el 29 de abril de 1939, se encuentra sepultado en el panteón de Dolores en México D.F.
Para conocer más información visitar la siguiente bibliografía.
* Bibliografía:
Verástigue García J. Jesús. (2002). Breve historia del pueblo de San Miguel Totolapan y su municipio. Avance Impresiones S.A de C.V. Registro en trámite. Págs. 131-134.
Ochoa Díaz Bolívar. (2007). Totolapan: Historia de un pueblo olvidado. Anaya editores S.A. México D.F. ISBN 978-970-95617-0-8. Págs. 227-232